El lenguaje se aprende por imitación, siendo la familia el primer agente social. La manera en que los adultos hablan al niño/a es decisiva para su desarrollo lingüístico.
LOS ADULTOS DEBEMOS:
- Ser un buen modelo de lenguaje: hablar lo mejor posible.
- Favorecer el interés por la comunicación oral (que hable aunque no lo haga bien, escuchándole y teniéndolo en cuenta).
- Repetir, enseguida y correctamente, lo que el niño acaba de decir mal, pero sin reprenderle en ningún caso.
- Utilizar, al hablar con el niño/a, un lenguaje sencillo, frases cortas con estructuras fáciles de entender, bien articuladas.
- Darle tiempo para que se exprese, sin apremiarle.
- Recompensar sus esfuerzos, ignorando sus fracasos.
- Ampliar sus oraciones, agregando las palabras que falten en la repetición.
NO DEBEMOS:
- Utilizar en nuestro lenguaje los errores del niño.
- Comparar con otros niños/as o hermanos/as.
- Forzar al niño/a a que repita correctamente fonemas que no ha adquirido en pronunciación.
- Interrumpir al niño/a para corregirle.
- Anticiparnos a sus demandas.
- Hablar por ellos.
ACTIVIDADES Y JUEGOS RECOMENDADOS:
- Ver conjuntamente libros de imágenes, cuentos con pictogramas, fotos, dibujos...
- Juegos de imitación gestual, oral.
- Visitar con ellos lugares que les sirvan de estímulo: zoo, circo,...
- Leerle cuentos e historias les ayuda a aumentar su vocabulario y organizar su mente.
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